Cuidado con el volumen de tu voz
Esta es una experiencia de Triny, colega de México.
Les platico algo muy gracioso que me sucedió muy al principio de mi carrera es más, fue en mi primer empleo formal como enfermera antes de terminar los estudios.
En México a la solución salina I.V. por comodidad solo le decimos «solución».
Bueno pues en el hospital donde trabajaba en la guardia nocturna tenían una pequeña sala de estar junto a la central de enfermeras de ese piso, en esa pequeña sala algunos familiares de los pacientes acostumbraban ir a platicar o a des aburrirse un rato.
En esa ocasión me toco de compañera una chica muy eficiente, pero con una voz muy alta.
Cuando le tocó a ella dar la ronda para revisar a los pacientes, regresó y me comentó: Compañera háblale al médico y coméntale que el paciente de la habitación #5 ya no tiene solución. Instantáneamente escuchamos un grito desgarrador proveniente de la salita: nooooooooooo, no puede ser diossssssss porqué, si solo le quitaron el apéndice, pues que le hicieron a mi esposo?
Era la esposa del paciente de la habitación # 5 con la cual nos pasamos toda la noche tranquilizándola y explicándole la terminología que usábamos.
Primera lección aprendida fuera de las aulas; a menos que no exista otra alternativa y la situación sea de vida o muerte las enfermeras siempre debemos comunicarnos en voz baja.
Nombre: Triny
Enftriny@hotmail.com
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