Explorando los límites de la práctica pediátrica: historias de enfermería.

Extracto de una interesante investigación en inglés que habla sobre las enfermeras pediátricas que luchan por encontrar el nivel adecuado de participación de los niños y las familias.

Las enfermeras pediátricas, luchan por encontrar el nivel adecuado y tipo de participación, con respecto a sus relaciones con los niños y las familias. Por desgracia, las historias que acompaña el viaje de un enfermero en esta lucha, a menudo se mantienen en secreto (Larson, 1985, 1987; Totka, 1990), debido a la naturaleza personal de este aspecto de la atención.

El propósito de este estudio fue comprender que significado tiene para las enfermeras pediátricas, la no saludable relación con los niños y familiares.

Existen diferencias innatas en enfermería pediátrica que confunden el establecimiento de límites enfermera-paciente.

Los límites físicos en el cuidado de los niños no son los mismos que se encuentran en la enfermería de adultos. Las enfermeras pediátricas suelen sostener, besar, y criar a los niños.

Muchos de los límites físicos de atención no existen, sin embargo, se espera que los límites emocionales sigan siendo claros.

Cuando los niños están enfermos, sus padres están en crisis. Esto hace que los padres sean vulnerables a las palabras y a las acciones de las enfermeras. Los padres toman decisiones relacionadas con el cuidado de la salud de sus hijos, sin embargo, los padres también reciben atención por parte de las enfermeras de pediatría.

En los estudios que exploran los secretos del cuidador, Larson (1985, 1987) encontró que las enfermeras que pensaban sobre el exceso de participación o de poner límites a su cuidado, tienden a mantener en secreto los pensamientos.

Maslach (1982) afirmó que el exceso de participación a nivel personal fue particularmente estresante en el largo plazo, y podría causar el desgaste (Burnout).

Benner y Wrubel (1988) coincidieron en que hay stress en el exceso de involucramiento, pero no era el cariño el que causó el agotamiento (Burnout), pero sí, el dejar de cuidar.

Fuente: Totka JP.Exploring the boundaries of pediatric practice: nurse stories related to relationships. Pediatr Nurs. 1996 May-Jun;22(3):191-6.

Deja un comentario