
El afrontamiento de la muerte del paciente terminal en el Servicio de Oncología
La presente investigación se realizó en el servicio de Oncología y Hematología del Hospital más grande del Ministerio de Salud Pública de referencia nacional en Ecuador. Lo primero que se debe preguntar es ¿qué es la muerte?
Probablemente no sea fácil encontrar la respuesta, pues los eventos asociados con la muerte desde siempre implican el más grande misterio de la humanidad y quizá la respuesta más simple a esto sea “el fin de la vida”. Sin embargo, esta sencilla frase ha constituido desde siempre el misterio más grande de la humanidad, mil preguntas surgen espontáneas como respuesta: ¿ahí se acaba todo? ¿hay una vida después? ¿Se sufre al morir?, etc.
A ciencia cierta, sólo sabemos que tenemos que morir y que nadie ha vuelto de este tránsito a decirnos de qué se trata o qué hay, si es que hay algo, más allá. Por lo tanto, tenemos todos en común, al momento de morir el temor ante lo desconocido y la angustia de estar dando un paso, en el que nadie nos puede acompañar; al decir de los filósofos, el hombre nace y muere solo.
El objetivo principal de esta investigación fue optimizar la calidad de la atención brindada al paciente terminal oncológico al momento de su agonía y muerte.
La metodología de trabajo consistió en un análisis bibliográfico que permitió plantear un marco teórico centrado en el concepto de la muerte y sus implicaciones, dentro de un amplio marco bioético y legal. También fue relevante incluir en el marco teórico, algunas consideraciones sobre la relación clínica y de cómo ella se ve afectada y debe adecuarse en situaciones de agonía y muerte del paciente. Se revisó además una visión de humanidad y otra de Enfermería que nos acerquen a esta realidad y en las voces de quienes han sufrido pérdidas, y en la experiencia del personal de salud, tal vez encontremos una luz de lo que una relación de ayuda bien ejecutada puede llegar a significar.
Como profesionales sanitarios, se debe aprender a reconocer el momento en que nuestro rol se transforma desde buscar el curar a buscar el cuidar. Se puede adecuar el entorno del moribundo y modificar aquellas variables que aligerarían su sufrimiento. Como seres humanos, se puede incluir y dejar traslucir la perplejidad y acompañar en el sufrimiento a quienes ven partir a su ser querido.
A través de la realización de esta investigación, fue posible confirmar la hipótesis planteada, ya que se demostró que tanto la experiencia profesional como la mayor capacitación determinan profesionales más atentos a las necesidades de sus pacientes, más conscientes de su sufrimiento y al parecer con mayor voluntad de respetar su autonomía.
Fue posible detectar la inexistencia de una política institucional que oriente a sus profesionales en la idea del “buen morir”. No existen criterios preestablecidos, normas ni protocolos escritos que determinen el actuar de los profesionales ante la agonía de un paciente terminal oncológico y hematológico en el HEE. No existe como parte integral de la misión del hospital, pero tampoco existe como un objetivo a cumplir, tal vez porque para una institución de salud no sea bien visto incluir a la muerte entre sus principios.
En relación a las emociones vividas por los profesionales de Oncología y Hematología, ante el fallecimiento de un paciente, fue posible observar que cada evento genera un impacto único de frustración, pesar, dolor, relacionado con el tiempo de permanencia previo en el hospital, su edad, su historia de vida y los lazos creados con el personal.
Las enfermeras viven el proceso de muerte de acuerdo a lo que le significa el paciente, a sus creencias sobre la muerte donde se enlazan la historia de vida, lo aspectos culturales y religiosos. El profesional de enfermería no deja de ser un ser humano que piensa siente y reacciona ante sus emociones, que se preocupa por quienes están a su cargo dejando atrás la falsa idea de que sólo cumple con sus actividades. Se les dificulta brindar atención de calidad dentro del aspecto psicológico.
La preparación para el manejo emocional de la muerte es nulo dentro del área hospitalaria, la formación académica que implícitamente educa sólo para salvar vidas, el concepto y manejo cultural de la muerte y el muerto son aspectos que definen la forma e intensidad como los profesionales de salud viven y experimenta la muerte de los pacientes.
Fuente: Extracto: Bonilla Merizalde, Jacqueline, doctora en ciencias de la vida. El afrontamiento de la muerte del paciente terminal en el Servicio de Oncología y Hematología del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo. Quito Enero – Diciembre 2011. Revisado en la web el 8 de octubre 2012.
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