
Enfermería en Vuelo
¿Quién es el autor del libro «Enfermería en Vuelo»? El colega Carlos Vizcaya Mariangel nos cuenta su historia y lo que siente por el trabajo en el servicio de Urgencia.
Nací en Santiago, soy hijo de Madre Técnico Paramédico con 40 años de experiencia y padre Empleado (también era del área de la salud, arsenalero). Por lo tanto siempre desde mi nacimiento he estado ligado a hospitales. Fui criado por mi abuela en un barrio medio-pobre de la comuna de Recoleta. Estudie en el Instituto Nacional y luego me fui a la Universidad de Valparaíso. En Valparaíso me desarrollé en el área de investigación y ayuda humanitaria, creando colectivos de ayuda o participando en operativos de la Iglesia.
Cuando conocí la Urgencia descubrí mi potencial (soy rápido y dinámico, me gusta la adrenalina). Al egresar me dediqué al área crítica en Unidad de Cuidados Especiales en el Hospital Padre Hurtado, y en Medicina, UTI y Urgencias en el Hospital de la Fuerza Aérea de Chile. Siempre trabajando también en Unidades móviles de rescate como son la Unidad Coronaria Móvil y Help S.A.
Junto a otros colegas destacados en el aérea Prehospitalaria (Álvaro Grondona, Claudio Gálvez) ayudamos a crear las Unidades de Rescate de Clínica Las Condes con el Dr. Misraji y Rescate de Clínica Alemana con Dr. Hein.
Un vuelco importante en mi vida laboral fue trabajar en el Sapu Ariztía, donde me desempeñé como Coordinador de la Unidad Prehospitalaria, gracias a Soledad Jiménez, enfermera coordinadora del Sapu. Ahí con el personal paramédico crecí como profesional, supervisando y coordinando lo público con lo privado.
Durante mi desempeño como Enfermero de las Unidades de Rescate, me di cuenta del tremendo vacío que existe en cuanto a protocolos de funcionamiento, a exigencias de trabajo y a los riesgos inherentes a ello. No contar con un protocolo o manual de Vuelo se me hacía ilógico y fui bastante crítico con ello. Por lo mismo, con esa crítica decidí crear un Manual básico de Enfermería para poder saber más respecto a cómo trabajar en Helicóptero. Lo presenté muchas veces pero no tuvo ninguna recepción.
Creo que es un tema cultural nuestro. No tenemos cultura preventiva, solo reactiva.
Entonces mi trabajo quedaba en mesones. Conocí a María Ascensión San Miguel E.M. en nuestro Colegio de Enfermeras, quien me contacto con Juan Carlos Barroux y Silvia Rojas, dueños y editores de Editorial Segismundo, con quienes compartí este manual y con ellos lo perfeccionamos lo que más pudimos como primera edición.
Entonces todas esas puertas que se cerraron, con un trabajo que viene en ayuda y guía para nuestro propio quehacer, se abrieron y con ganas.
El libro significa para mí un gran logro. Primero porque es una guía para quienes trabajan (yo ya no estoy en el aire) en esta área y segundo porque fue un aliciente para poder salir adelante de una gran depresión que ya está en retirada. Gracias a este trabajo pude salir adelante en momentos muy duros y tirar para arriba.
A lo largo de mi carrera he conocido muchas/os colegas con mucha experiencia de los cuales he aprendido mucho, colegas de urgencias privadas, públicas, de rescates privados y públicos.
A ellos los insto a escribir, a contar sus historias, a llevar a cabo sus ideas y sueños, a pesar que el sistema o personas los tiren para abajo.
La Enfermería, nuestra profesión, no tiene límites, nosotros no tenemos límites. De nosotros depende mejorar nuestra profesión, mejorar como personas, unirnos como profesionales chilenos, sin importar si trabajas en una clínica o en una posta. Todos somos remunerados y todos ayudamos, desde el más pobre o al rico empresario. Somos Enfermeros/as, y estudiamos y trabajamos para ello.
Quisiera que existieran más manuales, mas guías, siempre estamos mirando para afuera y dependemos de guías extranjeras, menospreciando nuestra labor. En nuestro país, cada unidad crítica posee sus propias guías o protocolos.
Lo mismo pasa con protocolos de rescate. Los privados poseen uno, y cada SAMU en nuestro país posee uno distinto, sin embargo todos nos regimos por nemotecnias AHA. Creo que primero debemos empezar por casa, creando y legitimando nuestros protocolos, con estudios científicos que lo avalen y con la experiencia que poseen nuestros profesionales de Enfermería.
Tal como lo escribí en mi libro, los invito a volar, a cumplir sus sueños.
Un abrazo fraterno.
Carlos Vizcaya Mariangel
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He quedado fascinada con el relato.
ResponderMis más sinceras felicitaciones por el trabajo y por no dejarse abatir cuando las puertas se cerraban.
Además, gracias por distinguir con esta publicación a todas y todos los Enfermeras y Enfermeros de Chile.
Estoy retirada del servicio publico al que de dediqué 42 años, pero sigo en contacto con la profesión.
Saludos y gracias nuevamente.
E.U. Ruth Castro V.
Carlos
Responderquisiera destacar tu labor profesional del volar físicamente, pues estuve rodeada de muchas enfermeras que formaron y vuelan en aviones ambulancias, pero quiero rescatar el arte de volar hacia los sueños.
Hoy me dedico a eso, soy docente y me encomiendo a Dios todos los días para transferir esa magia que vive la enfermería…
gracias por decirles a mis estudiantes de Enfermería UDP que aún se puede volar y que los sueños se alcanzan.
Cariños
Carolina Arias
Docente Enfermería UDP
Gracias a ustedes por sus hermosos comentarios.
Que importante transmitirle a nuestros alumnos, a nuestros hijos, a quienes nos rodena que los sueños se pueden alcanzar, con esfuerzo, con trabajo, que siempre van a existir dificultades para lograrlo, pero que haran de ese camino un hermoso aprendizaje.
Un abrazo cordial
Carlos
ResponderMil gracias por el artículo, ya quiero leer tu manual, aun recuerdo el año 1998 y 2000 cuando queríamos crear un solo manual de prehospitalaria junto a carabineros y bomberos. Algo hicimos, pero solo para concepcion, yo ta,bien me retire del ámbito, pero tengo muchos deseos de volver a la enfermería después de haberla abandonado por el área comercial por casi 8 años, ser enfermera por 13 años fueron los mejores momentos de mi vida laboral….hoy los miro con nostalgia y algo de temas de estar ya muy fuera de lugar, pero quiero intentarlo nuevamente, el amor de un paciente no se compara con ningún premio por ventas. Un beso.R9
ResponderEstimada Rosa, imagino y se lo que sientes. Ya no trabajo en el área, por diversas razones me reiré de la prehospitalaria, mi pasión. Nada se compara a volar en un helicóptero, la adrenalina, es una sensación que no puedo describir con palabras. Siempre esta la posibilidad de volver, pero realmente a pesar de esa añoranza, no cambio lo que tengo ahora…tiempo, vida con mis hijos, con mi pareja, conmigo…todas cosas importantes que perdemos trabajando en prehospitalaria.
ResponderUn gran abrazo Rosa!!!