Práctica clínica: Historias de cárcel

Hola…soy estudiante de Enfermería y me gustaría compartir mi experiencia de la práctica clínica.

La Cárcel en algunos países es una institución colapsada por un gran número de internos, pocos recursos económicos y de personal, en donde la relación de guardias  a presos es de 1:10, cifra que va cada día en aumento, en el recinto existe gran variedad de convictos, cumpliendo condena por diferentes delitos, violadores, ladrones, traficantes, etc. En este escenario llego yo, a mi práctica clínica de urgencias, se preguntarán por qué postulé a este lugar, en realidad siempre me he caracterizado por tener un carácter bastante condescendiente y asustadiza, así que, qué mejor lugar para forjar carácter.

Casi como un desafío personal, me dirijo a  la cárcel , mi primer turno era de noche, con cada paso que daba, me preguntaba si era una buena opción exponerme a una realidad tan cruda, cuando llegué me hicieron una breve inducción y me acogieron bastante bien.

Con cada turno que pasaba me adecuaba más al trabajo, ya que habían momentos que faltaban manos.

Un día llegó una paciente esquizofrénico descompensado en muy malas condiciones higiénicas, gritando y golpeándose, luego que lo atendimos, nos dimos cuenta que era su primer día en la cárcel y no tenía ninguna posesión (ropa, frezadas, etc.) y tendría que dormir como un animalito. De la nada aparecen dos internos (presos) con ropa limpia, zapatos, shampoo y toallas, dispuestos a bañar y ayudar a este personaje que nunca habían visto en sus vidas, luego que lo limpiamos y dimos de comer, les pregunté el por qué lo hacían  y me respondieron “… por qué somos seres humanos, solo que hay muy pocas personas que ven eso….usted es una…”,  desde ese momento mi perspectiva cambió, fue como una inyección de energía.

Me dediqué, dentro de lo que pude a hablar con ellos, a tratar de conocer su mundo, su lenguaje, darme cuenta  que existen códigos y jerarquías  muy marcadas  dentro de las calles y galerías, donde la línea del respeto y la violencia es demasiado fina, que viven constantemente en una olla de presión en donde cualquier cosa puede desatar el caos, sin embargo escuchan y son extremadamente respetuosos con las personas que los ayudan.

Mi primer día de clases me enseñaron, “Enfermería es el arte de cuidar, en su máxima expresión, cuidar sin ver el color, religión o condición social de nuestros pacientes o usuarios” y creo que lo aprendí  con sangre, puede ser que nunca me dedique a trabajar con presos o en condiciones tan extremas, sin embargo me queda claro que el “ARTE” se puede establecer en cualquier condición y eso nunca, pero nunca, se debe olvidar. Me permitieron educarlos en aspectos de salud, cooperaron en procedimientos dolorosos e incómodos, y sobretodo siempre me saludaron con respeto y con una sonrisa…

Anónimo.

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